— Para mí fue como volver a nacer —
Todo comenzó en la semana 38 de mi embarazo gemelar… Soy madre de tres hijos y con el mayor, que se lleva diez años con las niñas, no tuve ningún problema, excepto que el parto fue eterno… Ahora tengo a mis princesas y supervivientes de esta experiencia tan brutal, que se desencadenó hace seis años. Ninguna mujer debería pasar por semejante experiencia, ya que para mí fue como volver a nacer. De hecho, los médicos después de un año del parto y tratándome por mi convalecencia no sabían explicarme que ni ellos mismos pensaban que iba a sobrevivir. No me quedaron secuelas físicas de ello pero las psicológicas fue un mundo asumirlas…
Al finalizar la semana 37, fui dos veces a urgencias porque me sentía mareada, con edemas en los pies y vomitaba algo de sangre con las náuseas. En el hospital ellos decían que era normal y que las niñas estaban bien pero claro está que yo no lo estaba. Una mañana me levanté como pude y cada vez más mareada. Gracias al destino que un amigo mío y entendido del tema, me dejo un pulsímetro y me dijo que me mirara la tensión por las mañanas. Ese día me dio 18/11, ignorante de mí…porque no sabía ni que era la preeclampsia, ni mis cifras de tensión dentro de una normalidad, y PORQUE NADIE ME AVISÓ DE LO QUE PODÍA PASAR.
Fui de nuevo a urgencias y me dijeron que me iba a quedar allí ingresada hasta la programación del parto, porque según ellos tenía la tensión alta, pero el nivel de proteínas estaba bien. Mi madre se despidió de mi esa noche y a las dos horas de irse me vuelven a hacer una prueba de orina, donde se desencadenó la locura entre los médicos… Tenía un nivel de proteínas altísimo y la tensión seguía subiendo… No me dejaron ni avisar a mis familiares. Me metieron al quirófano para realizar una cesárea urgente y ponerme la anestesista al ver que me desmayaba… No atinaban bien en darme el pinchazo en la médula y cada vez que lo hacía, a mí me estallaba la cabeza.
Sacaron a las niñas que gracias a Dios no les pasó nada (pero las ingresaron en cuidados intensivos para poder atenderme a mí los siguientes 25 días). Inmediatamente me subieron a la UCI y creedme que fue el peor dolor que he podido experimentar al día de hoy. Tenía 28/17 de tensión, cifras a las que ellos no daban crédito… Y me indujeron al coma… Desperté después de tres días (no sé por qué… una sabe que rozando el más allá o como quieran llamarlo pero el caso es que no quise ir con mi padre fallecido un año antes)
A mi madre le dijeron que probablemente no iba a sobrevivir y eso es lo que hice… SOBREVIVIR a esa locura.
A los 14 días me bajaron a evolución (escuchando a los médicos cuando baje el primer día que me iba a morir allí si no me subían a la UCI otra vez) Una odisea de situación… Lo peor de todo es que no me daban a mis niñas y eso me hacía ponerme peor… Les preguntaba por ellas, qué por qué no estaban conmigo y no me respondían a mis preguntas…Solo me decían que estaban bien atendidas y que estuviera tranquila. ¿Tranquila? Parecía que todo el personal me ocultaba mi situación y encima nadie se dignaba a darme a mis niñas. Una enfermera me dijo que no las vería hasta que no subiera por mi propio pie a verlas porque la médica no daba el visto bueno para poder hacerme cargo de ellas. HORRIBLE el que me alejara de ellas… A los 25 días me dieron el alta, pero cada 15 días me revisaban la tensión porque me fui con 14 pastillas a casa y al cabo de un año me dieron el alta en medicina interna, sin dar crédito a que no me quedara ninguna secuela física después de un montón de pruebas.
Pero no tenían razón. Me quedó una batalla muy larga pendiente y fue enfrentarme a mis ataques de pánico y mis miedos. A día de hoy estoy bien y con mucha fuerza pero cuento esta experiencia con mucha pena ya que hay muchas mujeres que pasamos por esto y nos sentimos desatendidas en muchos aspectos y que hoy en día hay que concienciar a las futuras mamás de que no todo el campo es orégano… Hay mucho por recorrer en este mundo con tabúes.