— Un mal trago —
Todo mi embarazo fue bien, hasta la semana 38. Estaba súper hinchada y me encontraba mal; me costaba respirar. En la consulta de las 38 semanas me tomaron la tensión y la tenía alta. Me la volvieron a tomar otras cinco veces hasta que bajó. No se preocuparon.
En la ecografía vieron que la placenta se estaba envejeciendo, tampoco le dieron importancia, pero yo me preocupe.
Al día siguiente fui a una farmacia a tomarme la tensión por precaución, aunque el médico no me había dicho nada. La farmacéutica, me dijo que tenía la tensión alta que me fuera a urgencias inmediatamente. Allí vieron las proteínas en la orina y me dijeron que tenía preeclampsia.
Me hicieron una cesárea de urgencia y me bajaron a la UCI dos días. La niña estaba perfecta, estuve un mes con la tensión descontrolada, pero gracia a Dios no tengo secuelas.