Marcela
— ¿La última oportunidad? —
Tuve mi primer embarazo a los 28 años. Era una buena época cuándo me enteré, pero poco a poco todo en mi vida fue empeorando.
Estaba en último semestre de la universidad, el más costoso y el más difícil. Al mes de enterarnos del embarazo, mi esposo perdió el trabajo y como recién me habían contratado en mi empresa, la vida al interior fue difícil porque pareció que a propósito había quedado embarazada para conseguir tiempo libre y dinero sin hacer nada en la compañía.