Carolina
— No todos los finales de la preeclamsia tienen un desenlace fatal —
Me llamo Carolina y el año pasado quedé embarazada de mi primer hijo. Tenía 42 años entonces.
El embarazo iba fenomenal pero por ser mamá pasados los 40 llevaba un control muy estricto. Iba cada 15 días a ver al ginecólogo y me tomaba la tensión a diario (recomendado por el ginecólogo).
Yo no tengo antecedentes de hipertensión, ni la he tenido nunca. Soy una persona deportista y he llevado una vida sana siempre.
Cuando cumplí las 31 semanas de embarazo empecé a hincharme mucho y como veníamos de las navidades mi ginecólogo lo achacó a que me había pasado comiendo, pese a que le dije muchas veces que no, que comía muy sano por el bien de mi hija (era una nena) y que no picaba entre horas. No me hicieron mucho caso y yo veía como mis piernas se hinchaban cada vez más. No servía de nada dormir con los pies en alto y si los levantaba mucho se mi hinchaba la cara, pero ningún médico se dio cuenta que era el principio de mi preeclampsia.