Diana
— Desde ese momento, mi vida cambió —
Hola, soy Diana, una mujer sana sin antecedentes de enfermedades, deportista y sin vicios. Hace 3 años me hice una inseminación artificial. Estaba muy feliz, iba a tener una niña, Lucía (hija de la luz).
Hola, soy Diana, una mujer sana sin antecedentes de enfermedades, deportista y sin vicios. Hace 3 años me hice una inseminación artificial. Estaba muy feliz, iba a tener una niña, Lucía (hija de la luz).
A los 5 días de saber que estaba embarazada tuve una hemorragia muy fuerte, fui al hospital y me dijeron que era muy probable que acabase perdiendo al embrión. Estaba embarazada de 5 semanas y no se podía saber si había un embrión dentro del saco placentario. Me dijeron que volviese la siguiente semana para ver si se podría ver y si había un embrión “vivo” o no.
Mi primera cesárea fue en el 2009. Yo tenía 19 años y un embarazo malísimo. Siempre estaba vomitando y no podía ni ver la carne. Mis revisiones a la matrona iban todas muy bien, además adelgazaba porque no comía casi por los vómitos, pero la tensión y los análisis estaban todos perfectos.
A principios de abril del 2009, estando casi de 7 meses, se me hincharon los pies hasta el punto de no poder ponerme unas zapatillas que usaba por aquel entonces. No le di importancia y mientras pasaban los días un 24 de abril me desperté y al mirarme estaba desfigurada, los ojos casi no los podía abrir. Estaba muy hinchada.
Mi nombre es Soledad y me gustaría contar mi testimonio.
Tenía 20 años cuando quedé embarazada. Hasta la semana 33 todo anduvo muy bien, pero en la semana 34 comencé a sentirme muy mal.
Recuerdo que un día estuve todo el día con vómitos y dolor de cabeza intenso. El dolor era en la parte de atrás de la cabeza, no podía comer nada, ni siquiera líquidos podía retener, así que por la madrugada decidí ir al servicio de urgencia de mi ciudad.
Me llamo Carolina y el año pasado quedé embarazada de mi primer hijo. Tenía 42 años entonces.
El embarazo iba fenomenal pero por ser mamá pasados los 40 llevaba un control muy estricto. Iba cada 15 días a ver al ginecólogo y me tomaba la tensión a diario (recomendado por el ginecólogo).
Yo no tengo antecedentes de hipertensión, ni la he tenido nunca. Soy una persona deportista y he llevado una vida sana siempre.
Cuando cumplí las 31 semanas de embarazo empecé a hincharme mucho y como veníamos de las navidades mi ginecólogo lo achacó a que me había pasado comiendo, pese a que le dije muchas veces que no, que comía muy sano por el bien de mi hija (era una nena) y que no picaba entre horas. No me hicieron mucho caso y yo veía como mis piernas se hinchaban cada vez más. No servía de nada dormir con los pies en alto y si los levantaba mucho se mi hinchaba la cara, pero ningún médico se dio cuenta que era el principio de mi preeclampsia.
Hola, mi nombre es Carmen Rodríguez, tengo una niña de casi 3 años y hace poco me enteré de que estoy embarazada. Con este embarazo vienen los miedos porque mi hija nació a las 30 semanas de gestación. Tuvo resucitación al nacer y un derrame cerebral grado 4 provocado por una preeclampsia que me dio a las 30 semanas. Me hicieron cesárea de emergencia. Mi hija estuvo dos meses en el hospital y ¡esto fue realmente tan terrible…!
Hola mi nombre es Nadya y esta es la historia de mi embarazo tardío a los 38 años. Me enteré de mi embarazo a las 5 semanas de gestación en octubre de 2018, justo un día antes de acudir a emergencias del hospital del seguro por sangrado. Me dijeron que era normal y me dieron de alta a los 5 días. A la siguiente semana me volvieron a ingresar nuevamente por sangrado, pero esta vez más abundante porque tenía desprendimiento de placenta que comprometía el 40 por ciento del saco gestacional.
Estuve 2 meses ingresada con reposo absoluto hasta que el hematoma desapareció, pero tenía que estar con reposo relativo en casa. Ese fue el consejo en el hospital y me dieron de alta.
Hola, mi nombre es Vanesa, tengo 39 años. En 2017 quedé embarazada de mi primer hijo, Diego, todo iba perfecto hasta que empecé a retener líquido sobre la semana 26.
En la consulta del ginecólogo me decían que era todo normal que no me preocupara, ya se sabe primeriza… Me regañaban por coger peso, cuando yo no comía apenas y llorando les decía que no me encontraba bien, a lo cual me decían que tenía depresión por el embarazo…
Un día dejé de orinar, no podía hacer pis, fui a urgencias y allí me dijeron que no iban bien las cosas, que me iban a madurar los pulmones porque el bebé estaba pequeño y mis plaquetas estaban bajando.
En ningún momento me dejaron ingresada, ni me dijeron lo que tenía.
Hola, soy Johanna mamá de Guadalupe mi ángel en el cielo.
A las 20 semanas de embarazo me realice una eco-doppler que me mandaron de control y me dieron la noticia más hermosa y fue que estaba esperando una niña, la niña que tanto anhele; pero el médico a la vez me puso cara de preocupación y me dijo que tenía RCIU (retardo de crecimiento intrauterino) y alto riesgo de sufrir preeclampsia. Me dijo que mi bebe estaba muy pequeño para la edad gestacional.
Me llamo Marcela y hace poco entré en este espacio para informarme acerca de esta enfermedad fatal que me tocó vivir.
Ya se acerca la fecha en que mi bebe, un 26 de abril nacía, y tendríamos que estar esperando su primer añito, pero hoy es un angelito que está con Dios y prefiero pensar que él está cuidando muy bien de ella. Pasa el tiempo y siento que el dolor se hace más fuerte y la extraño más.