— Una complicación tardía —
Hola me llamo Ana y quiero contaros lo que me ocurrió hace 3 años y medio ya.
Mi primer embarazo terminó en cesárea y tuve problemas de hemorragia uterina pero lo que me pasó tres años más tarde dejo mi primera experiencia en una tontería.
En mi segundo embarazo todo fue normal y sin problemas, me programaron una cesárea y mi hija nació perfecta. Yo me encontraba mejor que en mi primera cesárea y pronto empecé a recuperarme, estaba feliz y además me había propuesto dar lactancia materna está vez.
Al tercer día por la mañana me hicieron la revisión normal y me dijeron que al día siguiente me iba a casa porque me veían muy bien, pero esa tarde empecé a encontrarme mal…
Empecé a tener un dolor muy fuerte en la espalda y barriga. Me encontraba mareada. Avisé a la auxiliar y me dijo que seguramente era la tensión baja, que llamaría a la enfermera para que me viese, pero no vino. Al rato me preguntaron si iba mejor y les conteste que parecía que algo sí, pero que seguía con mucho dolor, así que me dieron un analgésico en gotero.
Pase la noche entre analgésico y analgésico hasta que a la mañana siguiente, en la toma de tensión de rutina, la auxiliar salió corriendo después de tomarmela y vino con otro aparato, por si estaba roto el anterior… pero volvió a salir corriendo sin decirme nada. Yo me encontraba horrible, no me podía casi mover ni hablar y me caían lágrimas diciéndole a mí marido que no estaba bien. Me trajeron unas pastillas y al rato me sentí mucho mejor e incluso desayuné con hambre. Vinieron a hacerme una analítica y al rato vino el ginecólogo que ayudó en la cesárea.
Se sentó a mi lado, me cogió la mano y me dijo: – “Deja de comer. Te hemos hecho un análisis y tus riñones no están funcionando, creemos que tienes preeclampsia y te voy a bajar a la UCI" –
Yo miré a mi marido que tenía a la bebé en brazos intentando digerir aquello. Al minuto vino la ginecóloga con celadores y me bajaron a UCI.
Durante los 3 primeros días mis riñones e hígado fueron empeorando. A eso se sumó un edema pulmonar y una disfunción cardíaca. Estuve en la “cuerda floja" pero al sexto día, cuando la tensión ya parecía estar más controlada, subí a planta.
Tuve otra crisis hipertensiva que me hizo volver a la UCI pero después de 3 semanas me dieron el alta. Los meses posteriores tuve hipertensión, hipercolesterolemia y hipertiroidismo, con medicación para todo.
Actualmente ya no tomo medicación para nada y mi única secuela es una disfunción cardíaca leve.
Espero que mi testimonio le sirva a alguien y que de esa manera estén más atentos a los mensajes que nos manda el cuerpo.
Por cierto, a pesar de todo, conseguí dar lactancia materna a mí bebé durante 18 meses ??