— Mi hijo, el mejor regalo después de una mala experiencia —
Después de 12 años y 33 años de edad, y con dos hijas de 12-13, decidí volverme a quedar embarazada. Dios me regaló el varón que tanto deseaba. Estaba contenta porque mi embarazo era saludable. Todo iba bien hasta que llegó la hora de dar a luz el 7 de enero de 2019. Cuando me tomaron la tensión antes de ponerme la anestesia se dieron cuenta de que la tenía elevada. Estaba con la matrona y en ese momento llegó la doctora del turno y me dijo que a partir de ese momento ella se hacía cargo de mi parto porque tenía algo llamado preeclampsia, que lo provocaba la placenta y tras el parto se me iba a quitar.
La anestesia no me funcionaba y me iban a volver a poner más porque mi presión se elevaba más pero cuando ya estaban preparando para ponérmela llegó la hora y tuve a mi bebé. Estuvieron revisando mi presión y al siguiente día me dieron de alta porque mi presión se normalizó pero a los 3 días en casa me empecé a sentir mal. No podía dormir, sentía palpitaciones y me empecé a hinchar. Entonces decidí ir a la clínica donde me revisaron la presión y me mandaron de urgencia al hospital donde di a luz. Estuve ahí 4 días porque mi presión no se estabilizaba. Al fin me dieron de alta y me mandaron a casa con medicación. De eso hace ya 10 meses y aún sigo tomando medicación. La doctora dice que seré hipertensa y es muy frustrante para mí porque yo nunca he estado enferma y tampoco quería empezar a tomar medicamentos tan joven. No entiendo por qué a mí, después de mi embarazo tan deseado, me paso esto. Lo único bueno es que mi bebé está sano, fuerte y su sonrisa es lo máximo. Es el mejor regalo que me llevo después de tan mala experiencia.