— El tensiómetro, tu aliado—
Hace 5 meses que nació Ana, mi pequeña. Tuve un embarazo perfecto.
En la semana 33+5 fui a la visita rutinaria y todo estaba bien, la tensión alta pero la cuarta vez que me la tomaron ya había bajado un poco así que me fui a casa. Antes de acostarme me tomé la tensión y la tenía alta, hice varias cosas para bajarla pero nada, así que me fui al hospital.
Me empezaron a hacer pruebas y la cosa no iba bien, me pusieron corticoides para la maduración de los pulmones y mandaron a otro hospital que sí tiene UCI de neonatos. Yo estaba totalmente bloqueada.
Cuando llego me vuelven a hacer todas las pruebas, varias analíticas y me dicen que mi bebé iba a nacer en 48h, para llegar a las semana 34, me hacen otra analítica y ya tenía afectado el hígado, riñones y me iba a empezar a fallar pulmones y cerebro, plaquetas muy bajas. En 20 min. me estaban haciendo la cesárea de urgencia.
Preeclampsia severa y síndrome de Hellp. Estuve 3 días en la UCI y luego dos más ya que tuve una recaída. Vi al bebé al tercer día en la incubadora.
Estuve 10 días ingresada con las visitas restringidas y mi hija 17. Ella estaba bien, la que corría peligro era yo. Fue duro.
Me hubiese gustado tener un parto natural, poder coger a mi bebé y darle el pecho, irme a casa a los 3 días… Y lo peor de todo es el miedo a volver a quedarte embarazada… El pánico que se le coge al tensiómetro.
Espero que los médicos me digan que si tengo un embarazo controlado no corremos tanto riesgo.
Realmente estoy muy feliz porque después de todo estamos vivas. La vida me regaló una segunda oportunidad. Como me dijeron algunos médicos: ¿Sabes que tienes dos cumpleaños?