— Jamás quisiera que le pase a nadie —
Mi nombre es Rosana. Tuve mi 3º embarazo a los 23 años y pasé un embarazo totalmente diferente a los otros. Mi presión parecía normal, pero estaba totalmente hinchada después de las 25 semanas. Cuando tuve a mi nena, mi presión arterial aumentó enormemente. Gracias a dios no le paso nada a mi nena. No me dijeron que tuve preeclampsia.
Ahora tengo 27 y estando embarazada de 26 semanas tenía todo los controles normales. Le había comentado a mi doctor sobre la presión que había tenido con mi nena anterior.
Me dijo que no necesitaba medicamentos ni controlar nada porque tenía mi presión normal.
Hace diez días fui al hospital porque no sentía que mi bebe se movía. Me ingresan y me dicen que mi bebe no tiene latidos. Me destrozó el alma.
Me hacen una cirugía de emergencia y me dicen que la preeclampsia le dejó sin oxígeno a mi bebe. Después de esto, tomé la decisión de hacerme la ligadura, ya que es el segundo embarazo con lo mismo y no quiero perder más hijos por culpa mía.
Me mandaron a hacer una serie de exámenes porque mis riñones ya no están bien y mi corazón tampoco. El dolor que causa esta enfermedad es algo que no se olvida nunca y la pérdida de un bebé es algo que jamás quisiera que le pase nadie.