— Feliz tras intentarlo de nuevo —
Hola, mi nombre es Solange, soy enfermera y madre de Elías y de Luz.
Esta es mi historia con Elías:
El 10 de julio de 2014 me entero que Elías crecía en mí. La felicidad estaba materializada en mi hermoso bebé en crecimiento.
Podría decir que tuve un embarazo “tranquilo”. Elías estaba creciendo bien, de vez en cuando me sentía muy cansada y veía destellos de luz como estrellitas, algo que nunca identifiqué como un síntoma de preeclampsia.
En algunas ocasiones me tomaba la tensión arterial y mis niveles eran altos, lo que me preocupaba un poco, sin embargo pasado un corto tiempo mi tensión volvía a la normalidad. En definitiva, jamás se me ocurrió pensar en la preeclampsia o en cualquier otra enfermedad. Cuando alcancé la semana 40 Elías daba señales de querer nacer. Yo estaba ansiosa de tenerlo en mis brazos.
Y llegó el día del ingreso. Durante el trabajo de parto tuve una subida tensión bastante alta en la que perdí incluso el conocimiento durante unos segundos.
Elias nació por parto natural el 17-03-2015 “deprimido grave” (según decía la historia clínica). El no lloró, le costó respirar y entró en paro cardiorrespiratorio. Ese mismo día, 43 min después de nacer, nos dejó. Yo sufrí una retención de placenta y cuando salí del quirófano me comunicaron lo que había pasado con mi hijo.
Lo conocí, era bellísimo y grande como un bebe dormido perfecto.
Desde ese momento sufrí un gran desapego hacia el sistema sanitario. Y entonces intenté superar mi situación.
Investigando descubrí que muchas veces los síntomas de preeclampsia se confunden por síntomas normales del embarazo. Sin embargo hoy ya he aprendido que las alteraciones en la vista y el aumento de tensión arterial variable no eras normales.
Ocho meses más tarde volví a quedarme embarazada de Luz. Ante el “pronóstico desfavorable” decidimos cambiar de provincia y con mucho miedo volver a empezar.
Ante el primer signo de subida de tensión me ingresaron y me realizaron todos los controles necesarios. Luz nació a sus 37 semanas y hoy tiene 1 año y 9 meses.
Soy muy feliz de haberlo intentado de nuevo, esta vez con un control médico más estrecho.
Y mi hija, que es mi tesoro, crece sana y bien.