— Todo lo que deseamos está al otro lado del miedo —
Me he animado a contar mi experiencia con la preeclampsia con el fin de animar a las mamás que estén pasando por esta situación y sobre todo para las que, en embarazos anteriores, lo han vivido y dudan sobre si tener un nuevo embarazo o no.
A los 25 años me quedé embarazada de mi primer hijo. Tuve un embarazo de riesgo con sangrado desde el primer día por lo que tuve que estar prácticamente de la cama al sofá desde el inicio hasta el fin del embarazo.
Rompí aguas a las 37 semanas y tuve a mi primer bebé. Ni rastro de preeclampsia.
A los 28 tuve a mi 2 niño, Tuve un embarazo muy bueno, pero a dos meses y medio de salir de cuentas me puse como un globo de hinchada, los pies daba miedo verlos y la cabeza había noches que parecía que me iba a estallar. Sin embargo, nunca le di importancia, pensé que la hinchazón era debida al embarazo junto al calor de verano y a la cabeza tampoco le di mayor importancia porque siempre he padecido de migrañas.
Llegue a mis segundos monitores en la semana 41 cuando me vieron que la tensión la tenía algo alta. Entonces hice referencia a los síntomas que anteriormente no me habían parecido preocupantes.
Me hicieron un análisis de sangre y otro de orina. Tenía proteínas en ambas, por lo que me dejaron ingresada y me indujeron el parto.
Yo estaba muerta de miedo. Nunca lo había escuchado y el desconocimiento hace que lo primero que hagas sea buscar en internet. Pasé tanto miedo…
Me sondaron y me pusieron medicación para evitar convulsiones en el parto. El neurólogo venía hacerme ecografías de la cabeza.
Tras unas 28 horas di a luz a mí segundo bebé. Todo salió perfecto, aunque durante unas semanas tuve presión en la cabeza, alteraciones visuales y muchísima ansiedad de pensar que una eclampsia complicara la situación.
Todos los síntomas fueron desapareciendo y pude empezar a disfrutar de la maternidad.
Tenía claro que no quería volver a pasar por ello y que aunque me gustaban las familias numerosas me quedaba con mis dos retoños.
Me casé y al mes y medio de ello me volví a quedar embarazada (30 años).
Mi cabeza solo podía pensar en la preeclampsia. Tenía tanto miedo otra vez que mi marido y yo nos llegamos a plantear todas las opciones.
Él, mis hijos, mi familia y los médicos (ginecólogos, matronas y nefrólogos) fueron los que me dieron fuerza para afrontar esta nueva aventura. Aun así, lloré mucho por las noches.
Tuve un embarazo controladísimo y perfecto en cuanto a cómo me encontraba.
Me recetaron Adiro hasta la semana 36. A la 37 tuve mi última revisión con mi nefrólogo y ni rastro de proteínas y la tensión perfecta.
Pero justo cuando cumplía la semana 39 mi tensión puntualmente subía y tenía molestias en la cabeza y me notaba algo más hinchada.
Así que el mismo día me fui al hospital. Me hicieron análisis de orina y sangre. En sangre estaba todo correcto, pero en la orina salían de nuevo proteínas así que ingresé al día siguiente para inducirme el parto.
Esta vez era muy leve y ni siquiera se me puso medicación durante el parto, solo un exhaustivo control de tensión y de orina. Tuve un parto maravilloso y di a luz a un precioso bebé hace ya 15 días.
Me dieron el alta con normalidad a las 48 horas y me encuentro perfecta. Estoy feliz con mis tres hombrecitos y mi marido en casa.
Solo quiero animaros y que mi mensaje es: “Que todo lo que deseamos está al otro lado del miedo.” Que la preeclampsia es una complicación grave es un hecho, pero que, con prevención y alerta con los síntomas, se puede tener un final muy feliz como el mío.