— A todas nos puede pasar —
Hola mi nombre es Yamileth, tengo 40 años, vivo en un país que no es el mío y que no hablan mi idioma, quede embarazada a los 39 años y todo iba genial con mi embarazo, pocos malestares, el bebé bien.
A la semana 34 tuve cita de seguimiento con mi ginecólogo y al llegar notaron que tenía la presión alta, me tomaron una muestra de orina y salió con proteínas, por lo que el doctor me recomendó ir al hospital porque podría ser preeclampsia, cosa que hice.
Mi esposo y yo fuimos con un traductor, porque no hablamos checo. Al llegar me hicieron exámenes de orina nuevamente además de sangre y tomarme la presión. Me enviaron a casa mientras esperaba los resultados. Cabe mencionar que me sentía bien. El traductor llamó al hospital a pedir los resultados de los exámenes y los llamó diciendo que tenía que ir al hospital a internarme por 3 días porque tenía preeclampsia además de colastatis (pensaba que era una alergia).
Estuve en el hospital internada por tres días con muy poca comunicación con el personal porque no hablaban ni español y unos que otro un poco inglés, por lo que fue muy frustrante. Solo entraban en mi habitación para darme medicamentos y monitorear al bebé, me dijeron que si no mejoraba me inducirían el parto. Al tercer día no sentía a mi bebé moverse, por lo que insistí a más no poder y terminaron por hacerme un ultra. Vieron que mi bebé se había movido y después de estar en posición de parto se había atravesado. Dijeron que por la preeclampsia el estaba muy estresado y que era mejor practicar una cesárea de emergencia, la cual tuve al 4 día, a las 8 am.
Me pusieron la epidural, pero no hizo el efecto esperado, empecé a sentir desde el primer el corte, era mucho el dolor, por lo que decidieron ponerme anestesia general.
No puede ver a mi bebé al nacer, y eso hasta el día de hoy me duele en el alma. Como nació de 34 semanas le pusieron en incubadora, le pusieron oxígeno, por dos minutos y después el pudo respirar por si solo, gracias a Dios.
A mi me enviaron a la UCI y me dijeron que cuando me pasará la anestesia podría ver a mi bebé, lo cual no fue cierto. Me dejaron todo ese día en recuperación. Fue eterno y extraño. Como no había podido ver a mi bebé tenía la sensación de que aún estaba dentro de mí, aún tenía el vientre muy hinchado y el dolor en el lado derecho del abdomen seguía como si mi bebé estuviera incrustado entre mis costillas (síntoma de la preeclampsia), no se cómo describirlo.
A la mañana siguiente me levantaron para ducharme. Dios que dolor tan grande sentía. Pensé que me iba a desmayar. Esto de la cesárea no era como me lo habían contado… es horrible.
Cerca del medio día, me montaron en una silla de ruedas y me llevaron a ver a mi bebé. Él estaba en una incubadora por qué nació de 1700 g, y 42 cm, era muy pequeño, pero nació valiente y luchador. Estuvo en incubadora por una semana, mientras yo seguía internada por la presión que no bajaba, sin embargo, podía visitar a mi bebé a diario, cada 3 horas.
Al pasar la semana, pasaron a mi bebé y a mi a un cuarto. Él ya no estaba en incubadora, pero sí en una camita especial que lo mantenía caliente, además de estar pegado a un monitor.
Estuvimos ahí, en la que yo llamo una escuela de madres, porque las enfermeras lo guían a uno en el cuidado de ellos, además de enseñarle lo de la lactancia.
Esperábamos que mi bebé llegará a los 2000 g para podernos ir a casa.
En total estuvimos 23 días internados en el hospital y fue muy duro porque por la barrera del idioma no me explicaban mucho, pero gracias a Dios hoy estoy en casa con mi bebé, que va evolucionando satisfactoriamente.
No había entendido lo de la preeclampsia, hasta que cuando me lo dijeron investigue en Internet. Me di cuenta de los síntomas que había ignorado, como retención de líquidos, ver destellos brillantes, el dolor en el lado derecho del abdomen y de las consecuencias que eso podría tener para mí y mi bebé que lo tuve a los 40 años. Pensé que había sido por la edad, pero no. Poco se sabe que la produce, sin embargo, el sentimiento de culpa es inevitable. Pero sí les digo que, por cualquier síntoma extraño que sientan, acudan al médico. Todas somos diferentes y no todos los síntomas son normales de un embarazo.
Ahora mi bebé tiene mes y medio de haber nacido y espero y confío en Dios que siga evolucionando bien.
Saludos